Josep Aragay se formó en la academia de arte de Francesc Galí (1907-1911), donde fue considerado por el maestro como el alumno más exitoso. Su pintura estaba llena de barcos de velas hinchadas y de unos caballos y unos caballeros que parecían extraídos de antiguas historias trovadorescas. Era el artista de los paisajes grises, saturados por las sombras del carboncillo; era el autor de los retratos inquietantes, con personajes cargados de misterio que nos miran de reojo con calculada afectación.

Integrante del grupo de Les Arts i els Artistes empezó a exponer en las principales salas y galerías de arte de Barcelona. A partir de entonces, su nombre empezó a sonar cada vez con mayor fuerza y su pintura, de carácter enérgico y temperamental, fue discutida en los principales periódicos y revistas de la época.

Al regresar de un viaje a Italia, en 1917, Josep Aragay renunció radicalmente a los barroquismos de la etapa anterior y su estilo se volvió más depurado, más escueto, más clásico. Vacances, [Vacaciones], de 1923, es la obra que mejor sintetiza ese estilo de impronta mediterraneista y clasicizante que nunca abandonará y que será motivo de controversia por una parte importante de la crítica. En el museo de Breda puede observarse la evolución artística de este pintor, que se manifestó beligerante con los movimientos de vanguardia y que se mostró fiel a los postulados del Novecentismo hasta el final de su vida.

PINTURAS DESTACADAS

Vacances [Vacaciones], 1923
Concebida como un auténtico manifiesto, Vacances (1923) reúne todos los ingredientes y toda la iconografía del Novecentismo. Se pueden ver: un templo clásico, unos caballos y unos caballeros que parecen extraídos de los relieves del Partenón de Atenas, y un paisaje típicamente mediterráneo, con los pinos, el mar, un barco de vela latina y un pueblecito idílico en la costa. Una motocicleta estática, pero con las ruedas que giran a gran velocidad, representa una condena a la pintura de vanguardia y, de forma particular, a los postulados del movimiento futurista. Expuesta en las Galerías Layetanas en 1924, Vacances tuvo una crítica demoledora.

Finestra oberta [Ventana abierta], 1922
En Finestra oberta (1922), Aragay representa la habitación que tenía en su casa de Breda. El cuarto está pintado con todos los detalles. Hay la cama abierta que se ventila, con el típico colchón de rayas rojas y blancas, una silla de boga y una pequeña estantería. También hay un par de mesitas con todo tipo de objetos y un pequeño jarrón con flores de colores que recibe la luz de una ventana abierta de par en par, a través de la cual vemos los árboles y las casas de los vecinos, con los tejados rojos que se recortan en el cielo azul. El detalle de la ventana, que es el elemento clave de la composición, supone un magnífico ejercicio de perspectiva, que da profundidad a la pintura y un baño de luz y color a los objetos de la estancia.

EXPOSICIÓ

Vacances, Josep Aragay, 1923. Óleo sobre lienzo. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.

PINTURA

Finestra oberta o Interior d’una cambra, Josep Aragay, 1922. Óleo sobre lienzo. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.

Josep Aragay se formó en la academia de arte de Francesc Galí (1907-1911), donde fue considerado por el maestro como el alumno más exitoso. Su pintura estaba llena de barcos de velas hinchadas y de unos caballos y unos caballeros que parecían extraídos de antiguas historias trovadorescas. Era el artista de los paisajes grises, saturados por las sombras del carboncillo; era el autor de los retratos inquietantes, con personajes cargados de misterio que nos miran de reojo con calculada afectación.

Integrante del grupo de Les Arts i els Artistes empezó a exponer en las principales salas y galerías de arte de Barcelona. A partir de entonces, su nombre empezó a sonar cada vez con mayor fuerza y su pintura, de carácter enérgico y temperamental, fue discutida en los principales periódicos y revistas de la época.

Al regresar de un viaje a Italia, en 1917, Josep Aragay renunció radicalmente a los barroquismos de la etapa anterior y su estilo se volvió más depurado, más escueto, más clásico. Vacances, [Vacaciones], de 1923, es la obra que mejor sintetiza ese estilo de impronta mediterraneista y clasicizante que nunca abandonará y que será motivo de controversia por una parte importante de la crítica. En el museo de Breda puede observarse la evolución artística de este pintor, que se manifestó beligerante con los movimientos de vanguardia y que se mostró fiel a los postulados del Novecentismo hasta el final de su vida.

PINTURAS DESTACADAS

Vacances [Vacaciones], 1923
Concebida como un auténtico manifiesto, Vacances (1923) reúne todos los ingredientes y toda la iconografía del Novecentismo. Se pueden ver: un templo clásico, unos caballos y unos caballeros que parecen extraídos de los relieves del Partenón de Atenas, y un paisaje típicamente mediterráneo, con los pinos, el mar, un barco de vela latina y un pueblecito idílico en la costa. Una motocicleta estática, pero con las ruedas que giran a gran velocidad, representa una condena a la pintura de vanguardia y, de forma particular, a los postulados del movimiento futurista. Expuesta en las Galerías Layetanas en 1924, Vacances tuvo una crítica demoledora.

EXPOSICIÓ

Vacances, Josep Aragay, 1923. Óleo sobre lienzo. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.

Finestra oberta [Ventana abierta], 1922
En Finestra oberta (1922), Aragay representa la habitación que tenía en su casa de Breda. El cuarto está pintado con todos los detalles. Hay la cama abierta que se ventila, con el típico colchón de rayas rojas y blancas, una silla de boga y una pequeña estantería. También hay un par de mesitas con todo tipo de objetos y un pequeño jarrón con flores de colores que recibe la luz de una ventana abierta de par en par, a través de la cual vemos los árboles y las casas de los vecinos, con los tejados rojos que se recortan en el cielo azul. El detalle de la ventana, que es el elemento clave de la composición, supone un magnífico ejercicio de perspectiva, que da profundidad a la pintura y un baño de luz y color a los objetos de la estancia.

PINTURA

Finestra oberta o Interior d’una cambra, Josep Aragay, 1922. Óleo sobre lienzo. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.