Josep Aragay fue uno de los fundadores del Gremio de las Artes Aplicadas, en 1914, con la intención de recuperar los oficios de arte, entre ellos, la cerámica. Realizó las primeras obras bajo la maestría de Francesc Quer. Las piezas decoradas por Aragay estaban inspiradas en la cerámica catalana del seiscientos, con una iconografía llena de personajes melancólicos y solitarios, ambientados en paisajes idealizados y pintorescos.
En 1915 Aragay expuso en las Galerías Layetanas de Barcelona, una muestra que tuvo una gran acogida por el público y por la crítica y que le proyectó como uno de los mejores ceramistas del país.
Al regresar de un viaje a Italia de casi un año (1916-1917), Aragay depuró su estilo y se decantó por temas típicamente mediterráneos. Desde entonces, por la cerámica de Aragay se pasean personajes amables que trabajan bajo un cielo lleno de golondrinas, entre viñedos y olivos. En 1918 decoró las baldosas de la fuente del Portal de l’Àngel de Barcelona, considerada como una de las joyas de la cerámica novecentista. Ese mismo año ingresó como profesor de cerámica en la Escuela Superior de Bellos Oficios.
En 1925 fundó un taller de cerámica en Breda, donde trabajó con esmero para resolver técnicamente diversas cuestiones relacionadas con la arcilla, los moldes, los barnices, la cocción de las piezas y la aplicación de los colores a través de los esmaltes y las engobes. La cerámica de Breda fue expuesta y comercializada con éxito en todo el país hasta que tuvo que detenerse la producción por el estallido de la Guerra Civil. Una selección de las mejores piezas de Aragay puede verse en las vitrinas del museo.
CERÁMICAS DESTACADAS
El pa [El pan], 1928
Una de las piezas de cerámica policromada más representativas del museo es El pa, una original jarra de 73 x 28 centímetros del año 1928. Una composición figurativa dominada por tonos ocres y dispuesta en registros horizontales representa, por ejemplo, unos bueyes labrando la tierra, una jornada de siega o distintos momentos del proceso de elaboración del pan. Tampoco faltan algunos elementos ornamentales que hacen referencia al trigo. Esta pieza emblemática está concebida con todo el espíritu creativo del novecentismo.
Gerra per a la font de Santa Anna de Barcelona (Jarra para la fuente de Santa Ana de Barcelona), 1918
Una de las obras más conocidas de Josep Aragay es el conjunto de baldosas que decoran la fuente de Santa Anna, en la avenida del Portal de l’Àngel de Barcelona (1918). Se trata de una de las obras más apreciadas de la cerámica novecentista. El museo de Breda conserva una de las jarras originales que Aragay diseñó para coronar la fuente. Esta pieza, inspirada en el antiguo muestrario grecorromano, está esmaltada en verde y manganeso, decorada con frutas y con el relieve de un caballero en la parte frontal.
El pa o El blat [El pan o El trigo], Josep Aragay, 1928. Jarra de cerámica. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.
Jarra de cerámica para decorar la cornisa de la fuente de Santa Ana de Barcelona, Josep Aragay, 1918. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.
Josep Aragay fue uno de los fundadores del Gremio de las Artes Aplicadas, en 1914, con la intención de recuperar los oficios de arte, entre ellos, la cerámica. Realizó las primeras obras bajo la maestría de Francesc Quer. Las piezas decoradas por Aragay estaban inspiradas en la cerámica catalana del seiscientos, con una iconografía llena de personajes melancólicos y solitarios, ambientados en paisajes idealizados y pintorescos.
En 1915 Aragay expuso en las Galerías Layetanas de Barcelona, una muestra que tuvo una gran acogida por el público y por la crítica y que le proyectó como uno de los mejores ceramistas del país.
Al regresar de un viaje a Italia de casi un año (1916-1917), Aragay depuró su estilo y se decantó por temas típicamente mediterráneos. Desde entonces, por la cerámica de Aragay se pasean personajes amables que trabajan bajo un cielo lleno de golondrinas, entre viñedos y olivos. En 1918 decoró las baldosas de la fuente del Portal de l’Àngel de Barcelona, considerada como una de las joyas de la cerámica novecentista. Ese mismo año ingresó como profesor de cerámica en la Escuela Superior de Bellos Oficios.
En 1925 fundó un taller de cerámica en Breda, donde trabajó con esmero para resolver técnicamente diversas cuestiones relacionadas con la arcilla, los moldes, los barnices, la cocción de las piezas y la aplicación de los colores a través de los esmaltes y las engobes. La cerámica de Breda fue expuesta y comercializada con éxito en todo el país hasta que tuvo que detenerse la producción por el estallido de la Guerra Civil. Una selección de las mejores piezas de Aragay puede verse en las vitrinas del museo.
CERÁMICAS DESTACADAS
El pa [El pan], 1928
Una de las piezas de cerámica policromada más representativas del museo es El pa, una original jarra de 73 x 28 centímetros del año 1928. Una composición figurativa dominada por tonos ocres y dispuesta en registros horizontales representa, por ejemplo, unos bueyes labrando la tierra, una jornada de siega o distintos momentos del proceso de elaboración del pan. Tampoco faltan algunos elementos ornamentales que hacen referencia al trigo. Esta pieza emblemática está concebida con todo el espíritu creativo del novecentismo.
El pa o El blat [El pan o El trigo], Josep Aragay, 1928. Jarra de cerámica. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.
Gerra per a la font de Santa Anna de Barcelona (Jarra para la fuente de Santa Ana de Barcelona), 1918
Una de las obras más conocidas de Josep Aragay es el conjunto de baldosas que decoran la fuente de Santa Anna, en la avenida del Portal de l’Àngel de Barcelona (1918). Se trata de una de las obras más apreciadas de la cerámica novecentista. El museo de Breda conserva una de las jarras originales que Aragay diseñó para coronar la fuente. Esta pieza, inspirada en el antiguo muestrario grecorromano, está esmaltada en verde y manganeso, decorada con frutas y con el relieve de un caballero en la parte frontal.
Jarra de cerámica para decorar la cornisa de la fuente de Santa Ana de Barcelona, Josep Aragay, 1918. Museo Municipal Josep Aragay. Breda.
